Guía de tu joyero.

Las joyas son memorias, conexiones y amor, trascienden de generación en generación y se vuelven parte de nuestra identidad personal y familiar, es por ello que sabemos la importancia de saber que materiales elegir para crearlas. 

Ponemos en tus manos esta guía para que puedas conocer los materiales de las piezas que te acompañarán por el resto de tu vida.  

 

Oro 14k

El oro es un metal que no se oxida, lo que permite que sea muy duradero, que no pierda su brillo y que su color sea permanente. 

El oro puro es demasiado blando para el uso diario, por lo que debe alearse con diversos metales, como plata, cobre, níquel y zinc, a fin de lograr una mayor resistencia y durabilidad. 

El quilataje, representado por un número seguido de la letra "k", indica la pureza o la cantidad de oro que contiene una joya en una aleación. La base numérica del quilataje es 24, de manera que el oro de 24 k es 100% oro. El oro de 14 k está compuesto por un 58.3% de oro y un 41.7% de otros metales.

El oro blanco no se encuentra como tal en la naturaleza. En la preparación de la aleación del oro blanco, se utiliza otro metal noble llamado paladio. El oro blanco es el metal idóneo para las joyas con diamantes; su color es ideal para resaltar la belleza de éstos. 

Cualquier joya de oro blanco necesita de un acabado de rodio para dotarle a este un muy peculiar brillo al oro blanco.

Las 4C de los diamantes.

*Infografía del catálogo

Conoce Nuestras  Piedras Preciosas

Las piedras preciosas son minerales de brillo intenso, muy duros y poco frecuentes. Para que una piedra sea considerada preciosa debe de cumplir 4 requisitos:

1. Que sean minerales, es decir, sólidos de origen inorgánico, sustancias naturales y con una fórmula química determinada.

2. Que tengan brillo.

3. Que sean duras, es decir, que no se rayen fácilmente.

4. Que sean poco frecuentes, es decir, la rareza, escasez o dificultad de encontrarlas en la naturaleza.

Las únicas tres piedras consideradas preciosas  (además del diamante) por los factores anteriores son el rubí, la esmeralda y el zafiro azul.

Rubí

 Su principal característica es el intenso y brillante color rojo que su propio nombre indica. Pertenece a la familia del corindón (igual que el zafiro) y tiene una dureza de 9 en la escala de Mohs. Es la piedra de mayor dureza después del diamante.

Solamente entre el 1% y el 5% de los rubíes extraídos de la naturaleza son seleccionados para su uso en joyería.

Zafiro

Pertenece a la familia del Corindón. Su característica distintiva es su intenso color azul; aunque existen zafiros de otras tonalidades, el más valorado y apreciado es el zafiro azul. El zafiro azul tiene una dureza de 9 en la escala de Mohs. 

Es una combinación de los óxidos de hierro, aluminio y titanio. Entre más cantidad de hierro y titanio haya en el zafiro, mayor será su tonalidad azul hasta casi ser negra, mientras que a menor cantidad de hierro y titanio la gema tiende a ser blanca azulada a transparente.

Zafiro Rainbow

 Los zafiros tienen una amplia gama cromática, desde el azul intenso hasta, verdes, amarillos, rosas, naranjas, violetas. Esto depende de las impurezas del hierro y titanio que se presenta en la composición química y red cristalina de la gema que se suman a su fórmula química original.

Esmeralda

La esmeralda ha sido siempre muy valorada, ya que, a pesar de que existían otras piedras verdes, la única cristalina es la esmeralda. 

Pertenece a la familia del Berilio y tiene una dureza de 8 en la escala de Mohs.

Su valor como gema depende críticamente de su grado de transparencia. La esmeralda casi opaca es relativamente común y se encuentra en muchos países, pero su valor es actualmente muy limitado.

Únicamente el 30% de las esmeraldas extraídas en las minas son talladas para su comercialización en joyería, y sólo el 2% de ellas no se aprecian inclusiones a simple vista